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"Pesquero de fondo plano en reparaciones"
Óleo sobre tela sobre cartón de José María Fojo, cm. 30,0 x 24,0 - Año 2015
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.Una búsqueda.
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El frío del agua marina nos ha servido de estimulante y, cansados de nadar, nos tendemos en la playa para escurrirnos y asolearnos.
....Mi amigo empuña un madero y comienza a cavar en la arena, y descubre casi a flor del suelo un caracol enorme, colorido e intacto. Ufano, ríe y lo deposita sobre un jirón de tela, luego de lavarlo en las olas. Continúa su busca y cada pocos golpes de su precaria pala desentierra nuevos caracoles, a cuál más hermoso y reluciente que el anterior.
....Yo también, tentado, me armo de un madero y emprendo mi propia búsqueda; pero cavo, cavo, y no encuentro concha alguna.
....Mi amigo toma en préstamo una nasa de los pescadores, que va llenando con su cosecha de nácar. Desde la hondura de mi pozo, ya profundo, lo oigo reír y arrojar los caparazones en la nasa, donde caen con un menudo traqueteo de castañuelas que se funde con su risa y el rumor perpetuo del mar, tan cercano.
....No hallo ninguna bocina. Caigo en la cuenta de que hace ya mucho que no se oyen las exclamaciones de mi amigo; es seguro que se ha retirado, llevándose la nasa llena. Siento frío y fatiga, y tristeza por no haber descubierto ningún caracol. Con desaliento, miro hacia arriba, al lejano círculo de cielo todavía azul pero que no tardará en tornarse negro y que me será tan difícil, si no imposible, alcanzar antes de que la marea lo cubra…
....Mi amigo empuña un madero y comienza a cavar en la arena, y descubre casi a flor del suelo un caracol enorme, colorido e intacto. Ufano, ríe y lo deposita sobre un jirón de tela, luego de lavarlo en las olas. Continúa su busca y cada pocos golpes de su precaria pala desentierra nuevos caracoles, a cuál más hermoso y reluciente que el anterior.
....Yo también, tentado, me armo de un madero y emprendo mi propia búsqueda; pero cavo, cavo, y no encuentro concha alguna.
....Mi amigo toma en préstamo una nasa de los pescadores, que va llenando con su cosecha de nácar. Desde la hondura de mi pozo, ya profundo, lo oigo reír y arrojar los caparazones en la nasa, donde caen con un menudo traqueteo de castañuelas que se funde con su risa y el rumor perpetuo del mar, tan cercano.
....No hallo ninguna bocina. Caigo en la cuenta de que hace ya mucho que no se oyen las exclamaciones de mi amigo; es seguro que se ha retirado, llevándose la nasa llena. Siento frío y fatiga, y tristeza por no haber descubierto ningún caracol. Con desaliento, miro hacia arriba, al lejano círculo de cielo todavía azul pero que no tardará en tornarse negro y que me será tan difícil, si no imposible, alcanzar antes de que la marea lo cubra…
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José María Fojo
Publicado en el libro “Prosperidad de las sombras”
El Francotirador Ediciones, 2000
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